miércoles, 21 de noviembre de 2012

Yo quería

Hoy podría decirse que es nuestra tercera cita. Ya no estoy tan nervioso como antes. Creo que empiezo a conocerla y me gusta. Hoy es el día.

Hoy es el día, el folleto de mi buzón por fin desaparece, seguro que mañana tengo alguna sorpresa, siempre pienso lo mismo. Aunque sea me he librado del maldito folleto.
Estoy tranquila, me gustan estos días, lluvia, nublado, son perfectos, necesito estos días. Hoy todas las esquinas que me suelen chillar y empujar, me sonríen, hoy si estamos de acuerdo.

Bajando las escaleras, casi dando saltos, como un niño chico. Hacia tiempo que no tenía tantas ganas de llegar a casa de una chica.
Seguía siendo tan encantadora como el último día. A veces parecía que era de mentira. Pero, hoy es el día. Me dejaba llevar por el sándalo, por su piel. Todo se sentía plácido, flotar, todo estaba bien.

Como podeís ser tan tontos, como podeís confiar en que la chica de tu vida puede llegar de un día a la mañana y puede estar interesada en ti. Me gustaría explicarle el trabajo que me ha costado hacer que todo sea tan perfecto y piensas que es casualidad, el tiempo que le he dedicado a este papel... me pone de los nervios. Sonrío

Cada vez la veía sonreir más y menos.
Me siento horizontal y la cabeza pesada. Ya no huele a sándalo, huele a hospital, lejía y artíficial. Podía moverme, pero me dolía demasiado.

Ahora si que parecía tonto, realmente estúpido, con cara de porqué. Agarré unos de sus tobillos entumecidos y sonreí, no podía apartarme la mirada de porqué, porqué...


Tengo el cerebro blando, ¿por qué? Lo tenía todo nublado sólo sabía que dolía, ardía. Sentí un frío en el estómago.


Me había entretenido en abrirle el estómago, un poco sólo, tenía curiosidad por saber si seguiría él abriendo.

Sentí con la mano líquido que manaba y ardía. Era su culpa mi malestar, era esa sonrisa, tenía que saberlo.
Buscaba la fuga desesperado, rezando por que parase. La miraba a ella y no la veía, sólo podía imaginarmela y sólo podía imaginar que desapareciese todo el líquido ardiente. Seguía buscando y encontraba capas y capas. Hundí la mano en lo que creía que era lo que más dolía.

Observaba como buscaba torpemente en la herida y clavaba el puño. No pude evitar reírme al ver su cara de pavor, seguro que buscaba un cese y ha encontrado otro infierno. Casi no podía incorporarse y aún así seguía rebuscando en la herida, ya con las dos manos, qué gracia. Parecía que quería sacarlo todo y que así pararía.

No veía nada, no paraba, seguía ardiendo, cada vez estaba más lleno todo, sólo podía chapotear. Resvalé y sentí frío, por fin algo frío, intenté agarrarme y sólo soltaba. Creía que me retorcía.
Intentando sostener todo un torso, que se desprendía, todo se desmoronaba, se derretía, no conseguí vaciar todo lo que ardía. Lo último que escuché fue mi risa y creo que era la suya.

Tuvo que ser la lluvia

-Continúe andando, señorita, no pienso hacerle nada que le perjudique. Pero debe escucharme. No tenga miedo, por favor, le guiaré sin ningún problema, sólo quiero que escuche. Pienso hacerle feliz durante la mayor parte del tiempo posible. Le susurraré al odído que la quiero y le acariciaré el pelo. Le invitaré a restaurantes caros y le regalaré perlas, ¿no me cree? ¿se atreve a reirse? ¿Por qué corre, señorita? Si no me escucha tendré que tratarla mal y tirarle del pelo para que pare. No pido mucho, tan sólo escúcheme.
Yo la he escuchado tanto tiempo... sé como se mueven tus labios en cada sílaba, con cada consonante. Sólo escúcheme. Ya le dije que la trataría mal si no lo hace. Sepa que es por su bien. Yo le amo y voy a estar siempre con vos, de hecho llevamos mucho tiempo juntos. Yo sé que me amará, por que sé perfectamente que necesita. Dices jamás, pero sé que me lo agradecerás.
Te traigo besos de kloroformo y caricias suaves, ¿ves cómo estás más tranquila? Tienes las mejillas tan suaves como imaginaba. No sabes la de veces que he inventado tu tacto.

Llevaba tanto tiempo esperando por ti. Te tengo y te quiero, ¿qué más puedo desear?
Siempre te he querido corriendo por mis pasillos. Ahora que te tengo disuelta en el café y te bebo todas las mañanas... llevarte colgando del cuello, siempre, pegada a mi pecho... ¿No es lo que siempre hemos querido?
Espero que cuando despierte me ame como yo lo hago.

martes, 18 de septiembre de 2012

Lo que a mi madre le esconden los pinchazos morados.


Ella no sabe que por las noche llevo una cesta de mimbre y soy el duende de los clips. Recorro adoquines dando saltos. Me cubro con una capucha, porque me persiguen otros duendes, pretendiendo hacerse con mi cometido.
Lo que ellos no saben es que llevo detrás de mis talones una sombra negra, con los dientes grandes, la boca grande y las orejas grandes, grandes.
Lo que pasa, es que soy sonámbula y no sé de donde salen los moratones y las heridas.
Lo que realmente no sé, es que no puedo andar sin los talones acompañados

miércoles, 22 de agosto de 2012

Pero nadie me devuelve aquellos soles rotos en mis ojos

Reconsiderando mis venganzas y mi odio hacia vuestro colectivo, sólo he podido renovar mi odio y ganas de veros morir a todos.

Iba subiéndo a oscuras, girando a cada sombra, alejada de las esquinas y agarrando fuerte el mango. A veces ya no sé si soy la víctima asustada... Clavo fuerte la mandíbula y sigo andando.
Entré en la habitación bendiciendo aquel momento. Como pude pensar que te perdonaría.
Te dejé atado a la cama, con el estómago lleno de lejía y los ojos pegados. Llorabas, eructabas y al hipar aumentabas la intensidad de tu llanto. No podía dejar de reírme. ¿Por qué me habría ido? Te saludé besándote los labios quemados. Lo habías llenado todo de vomito, la piel acartonada, con las sábanas.
Mataría por saber lo que tienes que decirme, pero tenías la garganta llena de cicatrices blancas, que impedían el paso de palabras. Decidí machacarte las rodillas y los tobillo. Te solté y limpié tus vomitos. ¿Reducerdas tus notas en los margenes de mis apuntes? ¿Las firmas de tus notas? ¿Tus ies, tus tildes? ¿Vas a contarme que sientes? Te encantaba contarme lo cachondo que estabas, ¿no recuerdas? Te di un cuaderno nuevo y un bolígrafo. Me tiraste el cuaderno y pretendiste lanzarte hacía mi. Mordiendo al aire, como un perro rabioso. Qué pena.
Te cogí alto el cuello y vi como te contenías por no volver a llorar. Comencé a reírme al verte así. Paré cuando comenzaste a llorar. Qué humano más sucio. ¿Tienes miedo, es eso? ¿Podrías chillarme, no? ¿Por qué no chillas? ¿Por qué no me paras? Lo sabías, lo sabías.
Me acosté a tu lado aún con el bolígrafo esperando a que me digas algo. Ni siquiera me miraste. Seguiste eructando y después de unas horribles arcadas, volviste a llenarlo todo de vomito. No sabía si morías o dormías. ¿Crees que podrías dormirte? Temblabas y abrías los ojos, mordiéndote la lengua y sangrándote la boca. Te vi de reojo suplicando mientras te atragantabas de dolor. No sabes qué imagen de inutiladad dabas. No sé cuánto pudo dolerte, no me chillaste, no me miraste. Siempre te creí más valiente y menos asqueroso que ahora.
Dejabas de temblar. Aún a tu lado dormí tranquila, como antes.

jueves, 9 de agosto de 2012

Mentís

Después de todo me sigue encantando como me quieres.
Me gustan mentirosos, son manías.
Qué bonito era, nunca setí algo así antes, ¿verdad?
Pedías perdón y volvíamos a follar como si nos quisieramos. Nos matabamos con la mirada.
Ya no sueño que estamos juntos y que todo es perfecto. Sueño con ahogarte, clavándote las uñas, mirándote a los ojos, me encataría que llorases y que suplicases, como cuando quieres que te la chupe. Imitaría tus arcadas y me reiría. Disfrutaría separando tus músculos de los huesos, lloraría por exprimirlos.
¿No es eso? ¿No es la decepción la que nos come por dentro?

martes, 10 de julio de 2012

Nuestras bodas de plata serán en Venus

Querida Eva:

He comenzado a ver las llamas rosas. Vi el Sol poniéndose como un caramelo rosa, redondo y brillante.
Casi no duermo, casi no como. Espero no volver a eso. Pero es como un súper poder, sabes? No me afecta. Será enamorarse, no lo sé. Tampoco sé muy bien que me afecta. No me doy cuenta de cuando me hago daño ya, no creerías lo que he llegado a hacerme sin querer, sin darme ni cuenta. Me da miedo todo lo que estoy descubriendo.
Sigo hablando contigo, como si me acompañases, como si fuese como antes. Aunque sé perfectamente que ya no me cuidas, me dejaste sola. ¿Qué te ha pasado? ¿También te perdiste?
Espero encontrarte, que nos encontremos.
No puedo esperar más.

lunes, 9 de julio de 2012

Yo como siempre me obsesiono

Me enferma el tiempo que paso en la cama retorciéndome.
No puedo dejar de imaginar tu silueta acompáñando la mía.
La línea de tu espalda.
Te gires y me sonrías.
Pienso en como mirarías.
En si nos fusionariamos y explotasemos, como sería...

martes, 3 de julio de 2012

Vuelta a las venganzas

Te observo desde arriba, feliz, quizás algo alterado. Pareces más guapo que antes, mucho más.
Me siento invencible. Con ello me tumbo en tu pecho. Late fuerte. Lo disfruto.
La mano debajo de la almohada, noto el frío en la punta de los dedos. Agarro fuerte y me incorporo. Escalofrío, sonrisa y calor. Se abrió en el centro, arriba del ombligo. Explotó rojo oscuro, exploté a su vez.
Aún desde arriba seguía mirandole. Ahora estaba más guapo, si cabia. Tenía en la cara sorpresa y miedo. Qué gracia.
Seguía mi daga navegando donde yo no podía. Sentí celos y urgue en la herida, queriendo llegar más hondo.
La saqué lento, mirándole a los ojos. No pronunció palabra, no se atrevió a chillar. Sólo burbujeaba rojo vermellón.

Me sentí como una niña pequeña jugando con barro.
Lo tiré al suelo con asco, todo empapado. Pensé en pedirle que limpiara, no sé con que deditos...
Hacia tiempo que no me reía tanto, fue un buen polvo.

miércoles, 20 de junio de 2012

Es tanto que duele.

Sin haber acabado el folio me he abrazado por ti.
Sólo he sabido llorar e imaginar como sería.
Morder la almohada,
morirme de ganas.

jueves, 14 de junio de 2012

lunes, 11 de junio de 2012

Transparente

Qué mal día hoy para ponerme camiseta blanca.
Qué mal día hoy para llenarse de polvo, de mierda que se va acumulando.
Mierda frágil, sin lugar.
Qué mal día para ser blanco.
Sin poder disimular, sin poder esconderse.
A la vista de todos, desnudo.

Al despegármela de la piel froté, arañé, intentando arrastrarlo todo con ella.
Quería ser libre y ahora estoy en los huesos.

Aún más blanca

sábado, 9 de junio de 2012

Sólo colores

Abréme la cabeza, separa las mitades, busca, hurga, déjame hueca, como una nuez.
Disecciónalo y dime que hay, dime qué mierda pasa. No sé, no puedo, no sé.
¿Por qué?
¿Por qué?

jueves, 31 de mayo de 2012

Destrucción

Quererte coger
Sentirte efesvercer
Sin poderte comer
Sentirte desvanecer
Sin quererte sostener
Sentirte contrastando
Sin poderte entender

lunes, 28 de mayo de 2012

No hay lágrima en mis ojos, pero lloro todos los días

Despliego mis láminas de papel seco,
buscando algo con lo que pintarlas.
Se vuelven negras a cada segundo.
Se vuelven negras a cada estertor.
Con memoria sobreescrita se siguen dibujando.
Abriendo y cerrando.
Cada día más secas,
cada día más oscuras,
cada día queriendo ser durante más tiempo negras.

domingo, 20 de mayo de 2012

Zarité

Cuando yo tadavía no sabía andar, me hacía danzar sentada, y apenas pude sostenerme sobre las dos piernas, me invitaba a perderme en la música como en un sueño.

«Baila, baila Zarité, porque esclavo que baila es libre... mientras baila» me decía.

Yo he bailado siempre.

martes, 15 de mayo de 2012

Palabras, que son lo que queda.

Busco palabras que me abracen, que me mezcan.
Palabras que acaricien,
que desgarren como tú solías.
Palabras que sean tus miradas.
Letras que sean tus dedos.
Puntos tu lunares y
las comas tus incisivos.

Too fast

Desde mi ventana sólo escucho el runrun de la urbe.
Son miles de gotas, confluyen en un río.
Se juntan y se mezclan, todas pretenden ser iguales, camuflarse entre ellas, se esconden, disimulan ser lo que no son en la multitud, forman algo que simplemente no tiene ninguna consistencia.
Son un cable, encerrados en plástico, electrónes que nunca paran, nunca descansan, sólo energía, chispa.
Lo que no se esperan es que pueda haber un corto circuito, que cambie el sentido de su trayectoria, que estallen, estallen y queme, y te queme las pestañas, los parpados.
Así quizás puedan mantener los ojos abiertos.

lunes, 30 de abril de 2012

29/04/2012

Puedo cerrar los ojos e imaginar que eres tú el que me folla.
Tus hombros los que muerdo,
tu espalda la que araño.

Cierto que eres único.

Asco

Te veo más molesto, más nervioso, corres de un lado a otro, sin darte cuenta chocas contras las paredes transparentes. Mira hacia arriba, buscandome, buscando respuestas. Mira cada vez con más esperanzas. Se autoconsuela pensado en que existo, que soy yo quien le encierra, quien le dejará salir.  Cada vez habla más conmigo o lo intenta, porque no deja que le responda, no me da opción. No lo entiendo, ¿por qué si me inventó no me quiere dar opción? ¿Qué penitencia? Me mantiene vivo pensándome, imaginándome, sin dejarme actuar. Piensa que algún día le sacaré de su jaula de metraquilato o que apagaré el flexo.
Puta rata.

Con la voz rota del whisky

Dormí sentada,
dormí con las gafas en la frente,
con las megillas aplastadas contra el sofá,
con la radio con volumen bajo hablando,
tirando el cuaderno.
Llena de cansancio,
llena de grados,
llena de gramos.

sábado, 28 de abril de 2012

Creo que todavía puedo distinguir la realidad, creo.

Algún día escribiré nuestras conversaciones.
Las que están en mi cabeza.
En las que me das consejos, criticas mis acciones, ries de mí.
En las que emulo tu personalidad, tus reacciones, tus respuestas, tus miradas.
Ensayo para cuando éstas se lleven a cabo, sean reales y estar preparada.
La mayoría de las veces consigo que sean reales... Aunque las que se quedan conmigo son siempre las mejores, por desgracia. Aún espero que las mantengamos alguna vez...
Últimamente, las conversaciones irreales superan a las reales. No entiendo porqué no me diriges palabras, miradas, gestos.
No puedes reprocharme lo que hice, nada.
No sufriste, lo sé, no chillaste, no te dió tiempo siquiera a horrorizarte.

martes, 17 de abril de 2012

Letra inentendible, boli bic rojo, cuaderno de una raya, tapa verde limón.

Que explote, bum: trozos, disparados, retorciéndose, quemen, corten.
No quiero más,
no más dentro,
no más burbujeo pinchante.
Simplemente, lejos, fuera.
Quiero sacarlo todo, que no quede nada, respirar por fin en paz. Por fin no respirar, no sentir.
Sólo sentir, sitiendo vacío. Mátame, mándame donde no esté, donde ésto no pase. Púdreme, hazme migas, virutas, fúndeme, gástame, hazme desaparecer.
Simplemente haz que pare.
No existir, no sufrir, no sentir el Sol, el viento, los lunares, los arañazos...
No más flores,
no más cortezas, 
no más ramas,
no más crujidos de madera.
Nunca más, sólo silencio, sólo ruido.
Prometo que podré, sólo hazlo, hazme daño, mátame lento, fuerte, despelléjame. Hazlo, no quiero más, no más. Para sin parar, que no puedas parar, porque no existas.
Nada, nunca.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Lejos, fuera

Escupírtelo, sueve fácil, limpio.
Escupírtelo, que te duela, fuerte.

Me mires
tus pupilas se agazapen,
tus parpados chillen,
tus dientes se retuerzan,
tus manos rechinen.

Mires y te caigas.
Beses sin tocar.

Te de miedo,
me ría de ti.

Escupírtelo, púdrete.

jueves, 9 de febrero de 2012

Menos humos, nene, que sé respirar sin ti

Comienza rojo, sube blanco
baila sobre nuestras cabezas
mientras se esfuma riéndose.

Él se va, se desvanece
Le envidio desde abajo
mientras le sigo con la mirada.

Sólo un calo más.

jueves, 2 de febrero de 2012

Digo ven.

Vuelve a estrangularme
con besos sin pausa.
Vuelve a cortarme
con tus dedos.
Vuelve a quemarme
con tu saliva.
Vuelve.

No quiero escribiros, ojos ánonimos, a lo mejor inexistentes. 
No quiero porque cada día tengo más miedo.

lunes, 16 de enero de 2012

Odio soñar contigo.
     Despertarme, buscarte, no encontrarte
     Echarte de menos
     No poder dormir después.
                                                 Te odio

Acostumbrada a la taquicardia al oir tu nombre

Ya no eres morado.
Ya no huele a moras.
Ya no jugamos entre sábanas.
Ya no me sonríen tus colmillos.

Ahora eres azul.

domingo, 8 de enero de 2012

Pieces.

Corriendo, saltando charcos, recogiendose el vestido con las manos, un esfuerzo absurdo, ya que seguía mojandose las faldas.
Llegó sudada , despeinada y llena de barro.
Entre risas de superioridad, la acercó tirándole de los rizos hacía arriba para levantarle la cara.
-Quiero que veas como me rio.
No dijo nada, calló y observo.
-¿Eres como las jirafas de los zoos? ¿Tengo que observarte como a una de ellas?
Le soltó el pelo y la miró seriamente.
-No mereces la pena, no merece la pena que me moje los zapatos por venir a escuchar tu sobervia. Continuó decidida.- No me encuentro con fuerezas de seguir con esto, sigues tú solo. Solo, ¿oyes?
-Te oigo, chillas cuando enfadas. Una última cosa, de todas formas, es tu venganza, tú me metiste y tú debes sacarme.
Como otras veces había visto ante él, levantó el brazo, lo recogrrió con la mirada, lo disfrutó, su manga manchada y su muñeca fina, las disfrutó.
Disfrutó de como había conseguido sujetar con frimeza esa pistola, después de tantas veces.
Disfrutó de su mirada oscura fría, hundida en lágrimas.
Cerró los ojos y esperó.
-Debes dejar de jugar con la sangre de otros.-susurró despacio, masticando cada palabra.
-Tú de ordenarme.