Cuando yo tadavía no sabía andar, me hacía danzar sentada, y apenas pude sostenerme sobre las dos piernas, me invitaba a perderme en la música como en un sueño.
«Baila, baila Zarité, porque esclavo que baila es libre... mientras baila» me decía.
Yo he bailado siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario