jueves, 8 de diciembre de 2011

Quiero arrancarle el corazón para que no vuelva a querer a nadie más, si es que me quiso.

Me gusta observarla de lejos, a veces. Me gusta ver como se divierte, como se divierte sin mí.
Hace tanto que no nos divertimos juntos, que no jugamos, que no juega conmigo, que no me muerde, me araña, que no me sonríe. Echo de menos jugar con su pelo, hacerla rabiar despeinándola.
A veces, me acerco, paso por su lado y hago como que no la veo, solo para ver como reacciona. Ni siquiera se da cuenta.
Cuánto me gustaba verla sonreír... Ahora lo odio, odio ver como le sonríe a otras personas. Me gustaría poder arrancarle los músculos de la cara y dejarle sin expresión. Que no pudiese hacer feliz a otros siendo ella feliz. Arrancarle el pelo para que ningún otro jugase con el. Arrancarle su culo juguetón para que nadie pudiese entretenerse observándolo.
Me gustaría hacerme asesino para poder arrancarle esa felicidad que me arrancó a mi.

2 comentarios:

  1. La envidia no es sana, pero igual que el amor, es una droga que mata lentamente.. Si lo has escrito tú Paulita, te felicito.. :)

    ResponderEliminar