Hoy me ha llamado, le he llamado, se ha reido, he colgado.
Hoy le he perdonado entre lágrimas y tiritonas.
Hoy le he echado de menos, como Rey que es, aceptándolo; todo.
Hoy me he sentido patética mientras pensaba en tus colmillos encima de mi piel y en la sonrisa en la que participaban, como en una fiesta, la celebraban.
Quiero volver a ser los globos de tu fiesta, aunque explote.
Y no me duele, aquí arriba no me duele nada.
Mañana me dolerá y te gritaré en el espejo. Te buscaré en las espaldas, entre bombillas de Navidad, por la calle, enfadada, desesperada, obsesionada, oliendo a moras por todos lados.
Tuya,
Tarro de Mermelada de Papaya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario